jueves, 7 de enero de 2016

A comer ciruelas


Existen diversas especies de ciruelas, la que les comentaré ahora es Prunus cerasifera, especie oriunda del Mediterráneo y Asia, muy usada en Santiago como especie ornamental aunque ha conseguido asilvestrarse en los cerros de la precordillera, en la Sierra de Ramón.

Esta especie produce una abundante fructificación lo cuál puede ser su mayor ventaja a la vez que su mayor defecto. El jugo de su fruto es muy dulce pero la pulpa alrededor del cuesco es muy ácida, razón por la cuál no es muy apetecido por la gente, a tal punto de que gran parte de la fruta cae a las calles donde forman casi una "mermelada", ensuciando la vía pública.
Convoco entonces al consumo de esta fruta, tanto para aprovechar lo que da la naturaleza cómo para contribuir a disminuir el problema que genera al ensuciar.

Pero hablemos un poco de esta especie: de hoja caducifolia, florece a fines de invierno e inicios de primavera, antes de que le crezcan las hojas. Es ahora cuándo su fructificación está on fire. Sus frutos, como su follaje varían mucho en color y tamaño:


Con esta especie podemos hacer jugo al hervirlos y mezclar la cocción con azúcar o endulzante, para lo cuál recomiendo el uso de ciruelas de color morado oscuro o rosado porque el jugo queda con un color como el vino muy atractivo y kawaii, o podemos hacer mermeladas pero ¡cuidado! Tienen un efecto laxante así que si comen mucho se les aflojará la tripa y podrían tener una diarrea satánica D:

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